Variables psicosociales en el proceso de organización y participación comunitaria
Labarca, Elizabeth / Roa, Juan
Participantes de la V Cohorte de la Maestría en Desarrollo Regional
A partir de la revisión bibliográfica, correspondiente a los artículos: a) Análisis de la participación en el área del desarrollo comunitario desde un enfoque psicosocial, de Flores, Georgina y Javiedes, María de la Luz, publicado en Revista Psicothema de la Universidad de Oviedo, España (2000); b) Incremento de la capacidad comunitaria y del empoderamiento de las comunidades para promover la salud, de Restrepo, Helena, publicado por Organización Panamericana de la Salud (2000); c) Percepción de usuarios y líderes comunitarios sobre su capacidad para influenciar en la calidad de los servicios de salud: un estudio de casos de Colombia y Brasil, de Delgado Gallego, María y Vásquez, María Luisa, publicado en Cuadernos de Salud Pública, Rio de Janeiro, Brasil (2009); se propone un esquema de visualización de las variables psicosociales que influyen en el proceso de organización y participación comunitaria.
Resulta particularmente vinculante a la profundización de los procesos que se viven en las diversas comunidades, el estudio de las temáticas de índole psicosocial, puesto que desde su percepción adecuada se posibilita vislumbrar y reconstruir la propia historia local, y de esta forma fortalecer de manera idónea un proceso de interacción que conlleve la inclusión de los habitantes del sector, desde la perspectiva de su conciencia de pertenencia al grupo, a la comunidad.
Cualquier proceso entonces, tendente a la consolidación del desarrollo, debe pasar necesariamente, además de la consideración de las variables históricas, económicas, políticas, culturales; por una revisión cierta de lo psicosocial, que adecue los escenarios para el impulso de la participación, donde genere un sentido de comunidad, a través de la integración, orientada al cambio.
Sinopsis
La Participación se concibe como una modalidad de comportamiento colectivo que es generada ante un problema, cuya solución se visualiza a través de una acción conjunta; además de ello, es resultado de procesos psicosociales tales como: la identidad social, creencias, actitudes, representaciones sociales; provocando efectos en la realidad social.
En este sentido, es importante partir de la definición de la Identidad Social (Tajfel, 1978) como la membresía de un individuo a un grupo, lo cual genera una valoración y una significación emocional, que le conduce a comprometerse y por ende, a participar, ya que esta identidad social se articula con el sentido de comunidad, organización, conciencia crítica, conflicto y cambio social.
En cuanto a las creencias, actitudes y representaciones sociales, éstos articulan la toma de decisiones, las metas programadas y la difusión de información; y al ser socialmente elaboradas y compartidas, conllevan al establecimiento de relaciones, realización de evaluaciones, definición de normas de comportamiento, lo que incide en la construcción social de la realidad.
Ahora bien, desde la perspectiva de la Identidad grupal, se opera una transformación desde la heterogeneidad individual de las acciones, cuyo vínculo está dado por la movilidad social, que implica dar solución de manera personal a través de la migración de grupo; hacia la homogeneidad colectiva, generando el cambio social, como producto de la participación, incidiendo en la realidad social.
Esta participación va a depender de la percepción de la capacidad de influencia o control, la cual es valorada desde los elementos internos, a saber: unión y organización comunitaria, metas compartidas, líderes solidarios, normas, presión social y conciencia de derechos; estimando las instituciones como elementos externos; y la percepción de no capacidad de influencia que conlleva conformismo, falta de solidaridad, temor y ausencia de información.
Todo ello, en función de elevar la capacidad comunitaria para el control de sus propias situaciones, y de este modo, generar el empoderamiento.
Labarca, Elizabeth / Roa, Juan
Participantes de la V Cohorte de la Maestría en Desarrollo Regional
A partir de la revisión bibliográfica, correspondiente a los artículos: a) Análisis de la participación en el área del desarrollo comunitario desde un enfoque psicosocial, de Flores, Georgina y Javiedes, María de la Luz, publicado en Revista Psicothema de la Universidad de Oviedo, España (2000); b) Incremento de la capacidad comunitaria y del empoderamiento de las comunidades para promover la salud, de Restrepo, Helena, publicado por Organización Panamericana de la Salud (2000); c) Percepción de usuarios y líderes comunitarios sobre su capacidad para influenciar en la calidad de los servicios de salud: un estudio de casos de Colombia y Brasil, de Delgado Gallego, María y Vásquez, María Luisa, publicado en Cuadernos de Salud Pública, Rio de Janeiro, Brasil (2009); se propone un esquema de visualización de las variables psicosociales que influyen en el proceso de organización y participación comunitaria.
Resulta particularmente vinculante a la profundización de los procesos que se viven en las diversas comunidades, el estudio de las temáticas de índole psicosocial, puesto que desde su percepción adecuada se posibilita vislumbrar y reconstruir la propia historia local, y de esta forma fortalecer de manera idónea un proceso de interacción que conlleve la inclusión de los habitantes del sector, desde la perspectiva de su conciencia de pertenencia al grupo, a la comunidad.
Cualquier proceso entonces, tendente a la consolidación del desarrollo, debe pasar necesariamente, además de la consideración de las variables históricas, económicas, políticas, culturales; por una revisión cierta de lo psicosocial, que adecue los escenarios para el impulso de la participación, donde genere un sentido de comunidad, a través de la integración, orientada al cambio.
Sinopsis
La Participación se concibe como una modalidad de comportamiento colectivo que es generada ante un problema, cuya solución se visualiza a través de una acción conjunta; además de ello, es resultado de procesos psicosociales tales como: la identidad social, creencias, actitudes, representaciones sociales; provocando efectos en la realidad social.
En este sentido, es importante partir de la definición de la Identidad Social (Tajfel, 1978) como la membresía de un individuo a un grupo, lo cual genera una valoración y una significación emocional, que le conduce a comprometerse y por ende, a participar, ya que esta identidad social se articula con el sentido de comunidad, organización, conciencia crítica, conflicto y cambio social.
En cuanto a las creencias, actitudes y representaciones sociales, éstos articulan la toma de decisiones, las metas programadas y la difusión de información; y al ser socialmente elaboradas y compartidas, conllevan al establecimiento de relaciones, realización de evaluaciones, definición de normas de comportamiento, lo que incide en la construcción social de la realidad.
Ahora bien, desde la perspectiva de la Identidad grupal, se opera una transformación desde la heterogeneidad individual de las acciones, cuyo vínculo está dado por la movilidad social, que implica dar solución de manera personal a través de la migración de grupo; hacia la homogeneidad colectiva, generando el cambio social, como producto de la participación, incidiendo en la realidad social.
Esta participación va a depender de la percepción de la capacidad de influencia o control, la cual es valorada desde los elementos internos, a saber: unión y organización comunitaria, metas compartidas, líderes solidarios, normas, presión social y conciencia de derechos; estimando las instituciones como elementos externos; y la percepción de no capacidad de influencia que conlleva conformismo, falta de solidaridad, temor y ausencia de información.
Todo ello, en función de elevar la capacidad comunitaria para el control de sus propias situaciones, y de este modo, generar el empoderamiento.
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